Es importante entender que no todas las grasas son malas. De hecho, nuestros cuerpos requieren ciertos tipos de grasas para una salud óptima. Las grasas saludables, como las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, son esenciales para mantener la piel, el cabello y las uñas saludables, así como para la función cerebral y la producción de hormonas.
En algunas de nuestras comidas se reduce el contenido de carbohidratos, lo que puede resultar en un aumento en la porción de proteínas o grasas. Esto es completamente normal y no hay de qué preocuparse. Nuestros planes de alimentación solo incluyen grasas saludables que ayudan a regular el equilibrio hormonal y aceleran la pérdida de peso. La clave es mantener un ligero déficit calórico siguiendo el plan de manera constante para lograr los resultados deseados.
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